El segundo mandato de Donald Trump comenzó rápido con su política de aranceles, aunque con una estrategia de pegar para luego negociar. El gobierno estadounidense anunció tarifas de 25% a las importaciones de Canadá y México, para luego aplazar su vigencia un mes ante el inicio de negociaciones con el gobierno de esos dos países. 

A su vez, la administración Trump aplicó un arancel adicional de 10% en las importaciones chinas. Beijing respondió moderadamente con aranceles sobre productos energéticos y maquinaria agrícola estadounidense. 

Desde esta parte del mundo se sigue la tensión entre EEUU y sus socios de América del Norte ante la posibilidad de colocar más carne en el mercado estadunidense.

Canadá y México exportar importantes volúmenes de carne vacuna al mercado estadounidense. Si efectivamente se aplican los aranceles a partir de marzo, podría haber una baja en las colocaciones canadienses y mexicanas de carne vacuna a EEUU, lo que abriría oportunidades para la carne tanto desde Oceanía como del Mercosur.